“Tertulias de alcohol y letras”

“Tertulias de alcohol y letras”
Fedra No. 7

lunes, 11 de agosto de 2008

La Flama Violenta, poesía española contemporánea

Adriana Bañares Camacho
(Logroño, 1988) es estudiante de Filosofía (Universidad de Valladolid), ha ganado varios premios en la modalidad de narración breve y blog-adicta, como toda una generación de nuevos escritores, tiene un blog personal, La niña de las naranjas (http://awixumayita.blogspot.com/), que sería una especie de álbum de recortes de su vida.

Silencio


Marchitas, marmóreas, Martinis, historias.

Sabéis dónde estáis, en este momento,

¿Sabéis dónde ha quedado el mundo de vuestro filamento catártico?

Moras, resquicios de un repliegue tensado,

lloreras de más de tres minutos y medio,

sol, platino, porcino, insuficiencia en positos.

Turbiedadcitas, remanentecitos,

vestigiecitos y estampitas que han quedado

pegadas a la suela del zapato.

Me muerdo la lengua cada vez que me recuerdas.

Frescor, roquefort, lluvia de simpleza que me ablanda la cabeza.

Qué más da, qué sé yo, si de lo poco que he hablado

te has llevado lo mejor.

Lunática, psicosem´antica, otra palabra que se parte a la mitad.

Miradas, silencio,

y me muerdo la lengua...

Cada vez que te recuerdo.

Pizcándome en las entrañas con pinzas como patas de araña,

punzante oscuridad que recorre mi espina dorsal.

Otro cuento, otra promesa, y me muerdo la lengua

si me recuerdas.

Me quiero sacar los ojos para no ver imágenes,

casi incompletas,

pero llenas de humo, magenta exenta

de paciencia, inquieta.

¿Cuándo vuelves, o te vas?

Las briznas de mis dedos hoy no quieren testificar,

que te recuerdo,

que me matas,

que, si ahora no me llamas,

mañana han de fundirse mis palabras.

Mañana, silencio.



240


Llorar más de tres veces.

Durante, antes o después de un “te quiero”. Antes o después de follar, antes o después....
Durante un latido;
Un llanto en un latido. La duración y el equilibrio de una manecilla de reloj.
Una manecilla estática en un reloj sin pilas.

Silbar, susurrar.

La imaginación me viola mientras me penetras, pero ni siquiera yo soy capaz de darme cuenta.
Hasta el final.

Quién es quien me está matando,
Quién es quien me está martirizando.

Soy quien introduce tornillos, lentamente, a rosca, poquito a poco, quebrando el cráneo, secando el cerebro, como una esponja, un lienzo de óleo quebrado, colores, rosa, negro, oscuridad.

I've seen
a darkness.


Y sólo el dolor me hace eterna o ignorante, quizá ambas cosas; las dos son lo mismo.

Borrar la existencia en un gemido, un mordisco. Borrando mi angustia, convirtiéndome en un cuerpo.
Vulgarizar mi cuerpo para poder reconocerlo hermoso después. Eso me haces, por eso te quiero.

No quiero jugar al recuerdo, ni a los celos, ni a la tentación de un reencuentro.

No quiero perder.
No quiero perderme.
No quiero perderte.

No quiero jugar al juego del caracol.

Esta espiral, estas ganas de hundirte aún sabiendo que de ese barco tampoco yo podría salir indemne.

El recuerdo de lo efímero, el silencio.
No sé reaccionar, no quiero verte aunque imagino que vuelvo a tocarte.
¿Por qué?

¿Por qué siempre me hice a la idea de que terminaría, para evitar llorar al final, y en cambio ahora no soy capaz de pensar en finales porque ya estoy llorando antes de terminar?
¿Por qué no dejo de pensar en la eternidad?



Christian Supiot Pérez

(Valladolid, 1985) se crió en Cantabria, llevado hasta allí por el trabajo de su padre. Su sangre procede de Francia, su adolescencia se forjó en Castilla y ahora considera que no es de ninguna parte y viviría en cualquier otra pero sigue viviendo en Valladolid donde cursa actualmente su 5º (y esperemos que último) año de la Licenciatura de Historia en la Universidad de Valladolid.
Como parte de su formación académica ha participado en diversos proyectos de prospección, excavación e investigación tanto arqueológicos como etnográficos. Así mismo, fue uno de los 30 estudiantes que se embarcaron en la Travesía Homenaje a Miguel de Cervantes en Septiembre-Octubre de 2005.


Chacal

(Dígase siempre en blanco y negro)

Se limpiaba mis letras
de debajo de las uñas
con un escalpelo afilado.
Ni una muestra de ADN
para el médico forense.

Llegar a Ítaca

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
C.P. Cavafis


Siempre, después de un viaje,
una mirada terca se aferra a lo que busca.
Ángel González


Llegar a Ítaca.
Partir.
Pero no partir nunca.

Soñar lo que sueñan los marinos.
Añorar la tierra en la que embarcaste.

Atar los lazos de tu vida con la misma aguja
que cientos antes que tú utilizaron.

Mirar al mar y ver en sus reflejos un destino.
Trazar en la carta un rumbo.

Viajar y descubrir en cada puerto un cambio.
Dejar en cada escala un recuerdo.

Volver de Ítaca.
Pisar tu tierra.
Pero no pisarla nunca.



José Luis Merino

(Palencia, 1986) es estudiante de Filología Hispánica y de Teoría de la Literatura (Universidad de Valladolid)., además es conocido en el mundo de Internet bajo su nick “bydiox” y lleva varios blogs, como su weblog personal Desde este otro lado (http://www.joseluismerino.net), además compagina su afición literaria con la musical y escribre reseñas musicales para http://www.valladolidwebmusical.org y actualiza un blog-agenda cultural de la ciudad en la que ahora vive; también es moderador de uno de los foros más importantes de España, Media Vida (http://www.mediavida.com).


Tarde

Es tarde para cambiar, demasiado tarde para escoger otro camino, otra ropa, otros amigos, otra vida. Demasiado tarde para lamentarse de las opciones que no escogiste, del chico moreno y de ojos grandes que te hizo ruborizarte por primera vez, de tu tatuaje en el hombro. Amor para siempre. Tarde, tarde, tarde, siempre tarde a todas las clases, incontables faltas en tu expediente académico que tu jefe tiró a la basura nada más entregárselo. Tarde para póntelo, pónselo o para ir a una clínica especializada a gastarte sueldo y medio que no tienes para evitar tener que huir manchada de sangre después de llamar a un timbre al azar. Es tarde para cambiar y evitar que tu hermana siga tus mismos pasos, que bordee la línea que separa tu vida y la suya y elija ser tú, más que tú, peor que tú, una tú del siglo XXI. Demasiado tarde para escoger otra vida, es demasiado tarde para lamentarse de todo ello.




Hoy,

unos hombres
cubrían con arena manchas oscuras en la acera

no puedo olvidar su gesto
lo hacían como quien va a comprar el pan
todas las mañanas o quien va a tirar la basura

con indiferencia

3 comentarios:

Adriana Bañares dijo...

Encantada de encontrarme en un sitio como este...

Un abrazo muy fuerte a todos los que hacéis posible Fedra.

Adriana

Arquitecto Mtz. dijo...

hola que tal, exelente medio de difusion para las solitarias e inverves letras aradas pòr nuestros dedos..............
soy de Jalisco y quiero saber donde puedo encontrar su revista impresa, tambien me gustarie en lo consecutivo colaborar con ustedes; mientras tanto espero su pronta respuesta gracias, mi correo es arq_quetzalcoatl@hotmail.com

Anónimo dijo...

Hola, soy uno de esos españoles contemporáneos, imberbes (aunque con mucha barba), y me gustaría saber dónde puedo conseguir yo también un ejemplar impreso de este número.

Un saludo desde el otro lado del charco.